Este fresco romano del siglo I, no se sabe con certeza si representa una figura humana o divina y por tanto si se trata de un episodio bucólico sin otra pretensión que reproducir una escena cotidiana, o se trata de una representación de Flora, diosa de las flores, el jardín y de la Primavera , lo que daría sentido a los dos títulos que se le asignaron desde que fue descubierta.
La posición de la muchacha en una actitud despreocupada y vista desde atrás, lo que permite el detalle sensual de la espalda desnuda y los pies descalzos, es una composición atrevida y diferente, y de una enorme sencillez además, sólo remarcada por las líneas verticales del tallo en flor y de la propia figura, que sobresalen así de la escena